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EL GRAN TERREMOTO DEL SIGLO XIX Y SU MEMORIA A TRAVÉS DE LAS CARTAS PASTORALES DEL OBISPO JUAN AMBROSIO HUERTA. AREQUIPA: 1868 – 1895 * Lic. Yony Wuilfredo Amanqui Tacar Universidad Nacional de San Agustín (Arequipa – Perú) La ciudad de Arequipa se encuentra ubicada en una zona altamente sísmica, por ello el suceso de terremotos a lo largo de su historia constituyen un común denominador en la vida de sus poblaciones a lo largo de los siglos. A lo largo de la presente ponencia nos ocuparemos del más grande terremoto que ha sufrido la ciudad desde su fundación española en el siglo XVI, ocurrido el 13 de agosto de 1868. Comenzaremos por conocer la intensidad y magnitud del evento sísmico, para luego pasar a las consecuencias que provoco en la ciudad de Arequipa, destacando los daños que provoco en la infraestructura de canalización de agua, edificios religiosos, públicos y privados, así como también las medidas que se tomaron para poder restablecer el orden en l

La búsqueda de tranquilidad y protección a través de la conmemoración de terremotos en la Arequipa colonial. El caso de los sismos de 1687 y 1784.

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«El criterio cultural sustituyó al criterio biológico» La aculturación en la Arequipa colonial.

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He querido comenzar el título de este  breve ensayo citando a Charles Gibson, [1] quien al analizar los grados de aculturación de «las sociedades indias bajo el dominio español» manifiesta que los indios al vivir en menor cantidad entre blancos, mestizos, negros y mulatos se involucraban en un proceso de aculturación al punto que luego de haber adquirido el castellano como lengua y algunas costumbres españolas, dejaban de ser indios para pasar a ser considerados como mestizos, incluso españoles. Un rasgo fundamental de la ciudad de Arequipa (fundada por los españoles en 1540) es el apelativo   con que se la conoce: la ciudad blanca. Actualmente, la población arequipeña concibe que el apelativo de «ciudad blanca» es por el empleo del sillar (material de color blanco) en la construcción de edificios civiles y religiosos que datan del periodo colonial como republicano. Sin embargo, los historiadores arequipeños determinaron que el apelativo de «ciudad blanca» se debe a cuestiones de a

Arequipa antes del 15 de agosto de 1540

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Ciertamente en agosto Arequipa es fiesta. Las festividades están relacionadas con la fundación española de la ciudad. Dentro de las numerosas alegorías escritas que aparecen el 15 de agosto en los diarios de la ciudad, se resalta en demasía la vida social, política, económica, simbólica de los arequipeños de antaño, aquellos que vivieron en los hoy se denomina el cercado, que no se corresponde con la realidad que en el presente vive la ciudad. Desde mediados del siglo XX, la conformación social arequipeña ha ido cambiando, al punto de manifestar que en nuestros días la población mayoritaria esta conformada por los migrantes (puneños en su mayoría) e hijos de éstos. Al respecto, las investigaciones de Jorge Bedregal La Vera, nos muestran la reacción de los receptores, las cuales están teñidas de racismo, exclusión, y discriminación. Este comportamiento obedece al hecho de Arequipa, durante cuatro siglos, se conformo en base a la cultura occidental española – blanca, que nace justamente

Actividad volcánica del Misti durante el periodo colonial arequipeño

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Estando los españoles en suelo del nuevo mundo, los volcanes fueron objeto de admiración, por su imponente altura y otros por sus erupciones; son objeto de descripción los volcanes de México y Centroamérica por parte del cronista José de Acosta, quien escribe que la actividad volcánica se produce “...porque la exhalaciones cálidas que se engendran en las íntimas concavidades de la tierra parece que son la principal materia del fuego de los volcanes, con las cuales se encienden también otra materia más gruesa y hace aquellas apariencias de humos y llamas que salen”. (Acosta 1954 [1590]: 86). Para los españoles del siglo XVI la zona volcánica por excelencia era el Mediterráneo Central. Los dos aparatos eruptivos que desde la antigüedad clásica, y en esta parte del mundo cristiano representan los arquetipos del fenómeno vulcanológico, sin duda alguna fueron el Etna y el Vesubio (Bouysse 1988: 135). Los comportamientos ante la actividad volcánica, en el mundo cristiano, estaban asociados a

XX Coloquio Internacional de Estudiantes de Historia

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BASES DEL XX COLOQUIO INTERNACIONAL DE ESTUDIANTES DE HISTORIA - PUCP El XX Coloquio Internacional de Estudiantes de Historia de la Pontificia Universidad Católica del Perú tiene como finalidad fomentar el diálogo entre estudiantes, investigadores y las instituciones vinculadas con la investigación histórica, para así permitir la discusión de nuevos temas y enfrentar los retos que presenta la historiografía actual. En su vigésima edición, el Coloquio girará en torno a dos conceptos relacionados entre sí, estos son: por un lado, la tradición, pues a lo largo de sus 20 años en la vida institucional de la especialidad de Historia – PUCP, ha sido y es un espacio de debate que congrega estudiantes, egresados e investigadores; y, por otra parte, la innovación, porque refleja la idea actual de Historia, interdisciplinaria y presente en la vida diaria. 1 . Fecha y lugar de realización :Del 25 al 29 de octubre de 2010, en el Auditorio de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica del Pe

La erupción del volcán Misti en el siglo XV

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Gracias a las crónicas de Fray Martín de Murúa: Historia del origen y genealogía real de los reyes incas del Perú y la Historia general del Perú , escritas a finales del siglo XVI e inicios del siglo XVII respectivamente (Murúa 1946; 1987 [1616]), se conoce que el volcán Misti erupcionó violentamente durante el periodo de gobierno de Inca Yupanqui (1440–1470). La crónica refiere que: “hubo en el distrito de Arequipa un espantable terremoto, precedido de un volcán que estaba tres leguas della. Empezó a lanzar tantas llamaradas de fuego y tan espeso y continuo, que la noche parecía día claro en las riberas del mar, y en todos los pueblos de alrededor. Pasados los días, el volcán se comenzó a cubrir de una nuebe[sic, para nube] tenebrosa y oscura, y cesó la claridad del fuego y la noche siguiente vino otro terremoto mayor que el pasado, cuyo ruido y temblor alcanzaba, todo el reino, y por el espacio de la noche nunca cesó el volcán de despedir de sí infinito rayos de fuego, y por cinco d