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Actividad volcánica del Misti durante el periodo colonial arequipeño

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Estando los españoles en suelo del nuevo mundo, los volcanes fueron objeto de admiración, por su imponente altura y otros por sus erupciones; son objeto de descripción los volcanes de México y Centroamérica por parte del cronista José de Acosta, quien escribe que la actividad volcánica se produce “...porque la exhalaciones cálidas que se engendran en las íntimas concavidades de la tierra parece que son la principal materia del fuego de los volcanes, con las cuales se encienden también otra materia más gruesa y hace aquellas apariencias de humos y llamas que salen”. (Acosta 1954 [1590]: 86). Para los españoles del siglo XVI la zona volcánica por excelencia era el Mediterráneo Central. Los dos aparatos eruptivos que desde la antigüedad clásica, y en esta parte del mundo cristiano representan los arquetipos del fenómeno vulcanológico, sin duda alguna fueron el Etna y el Vesubio (Bouysse 1988: 135). Los comportamientos ante la actividad volcánica, en el mundo cristiano, estaban asociados a