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Mostrando entradas de febrero, 2009

Toques de campanas por la memoria de los terremotos de 1687 y 1784

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Como es sabido, la ocurrencia de movimientos sísmicos en el Perú es frecuente, a consecuencia de estar ubicada en una zona de subducción de placas. Arequipa a lo largo de su devenir histórico, ha soportado innumerables temblores y terremotos. Cual ave fénix, ha sido reconstruida varias veces, atrás quedaron los esfuerzos de su población por continuar viviendo en una zona altamente vulnerable, y pensar que en una ocasión se discutió (luego del terremoto del 22 de enero de 1582) sobre si que trasladaría la ciudad a otro lugar. Es común tratar, luego de sucedido un sismo, sobre las consecuencias en la infraestructura arquitectónica de la ciudad, pero olvidamos las consecuencias mentales que ocasionaron en la población, ya lo advertía en un artículo sobre los terremotos en Andalucía entre los siglos X al XIX el historiador Bernard Vincent, se hace necesario, también, tratar el estudio histórico de los terremotos desde el campo de las mentalidades. En la Arequipa colonial, las consecuencias

La blancura de las paredes arequipeñas

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Hoy en día la ciudad de Arequipa lleva el apelativo de “ciudad blanca”, los orígenes de esta denominación, a decir de los que lo han tratado, obedece al hecho de que desde su fundación española hasta mediados del siglo XX, Arequipa era una ciudad cuya población en su mayoría era española por ende “blanca”. Falta realizar un estudio, para establecer los tiempos en donde la denominación de “ciudad blanca” pasa de la “piel a la piedra”, como lo ha denominado en un trabajo el historiador Jorge Bedregal, es decir, ¿cómo se transmuta el apelativo de “blanca” al sillar? Si a alguien se le interroga sobre el por qué se llama “ciudad blanca” a Arequipa, responderá que se debe a la blancura de sus paredes de sillar, cosa que hoy en día aceptamos. Sin embargo, en épocas anteriores la ciudad no conservaba la blancura del sillar de sus paredes, ya lo decía el entrañable maestro Dr. Guillermo Galdos, las paredes arequipeñas eran como una chola de multicolores polleras, y ello a nuestro entender, po

Misión del Historiador

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La siguinte cita la encontré en el blog del reportero de la historia, y quiero colgarla en mi espacio (con el mismo titulo) para no olvidarla nunca, y tener un horizonte definido respecto a mi profesión que seguí, los invito a que la lean: "La misión, el trabajo del historiador, es establecer un diálogo entre el pasado, el presente y el futuro; dar a la generación actual una larga perspectiva sobre por qué estamos así y por qué hemos llegado a este punto. Mostrar sencillamente que, en cualquier momento de la Historia, hubo opciones y caminos que no se tomaron , tratando de explicar por que no fueron elegidos cuando había posibilidades para hacerlo". John H. Elliott2003